viernes, 1 de junio de 2012

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Sí, es cierto,
alguien murió entre nosotros,
pero no fuiste tú.

Libertina. Olimpia.

domingo, 18 de marzo de 2012

Obe-incidencia

Ya no hay pertinencia
ni el qué decir de las palabras,
tan sólo el rastro y souvenir
de otros nombres en la piel
con caligrafías de lenguas lejanas.

(No puede haber un segundo latido en el vientre
cuando la verdad va trashumando
a recorridos que conducen comodidad
y te pierdes periódico en mis días.)

Un portazo silencioso
se quedó en mis manos
único y deseado. Impertinente:
Aún cabe
el giro de llave que rezume oscuridad
y todos los significados
que sabes darle al silencio.



Lloverá, aténte,
pero no será en mi noche.
-ya borré todos los días-
eres tú quien relame el relato
y perezoso, realiza la resta.
con un agradecimiento indebido.
Yo, añadiré sol, no temas,
y escojeré el tiempo de mis pasados
-hipocríto- sólo amado.

Con-cedida. Olimpia.

martes, 14 de febrero de 2012

No,
yo no abandono a la soledad,
es ella la que se queda aparte.


Bastaba tan sólo la rebaja
la oscilación del beso,
que todo fuera mar
que el miedo estuviera inserto.

Bastaba que de las bocas
surgiera ardiente combustión
que de todos los caminos
a mí fuera, único su regreso.

Bastaba
pero hubo de más:
tiempo, esquinas, silencio, precio
y dos
dos,
dos...


Olimpia.(Sin incumbencia alguna)

viernes, 10 de febrero de 2012

Sé que a veces muero
y preparo un sudario de mi muerte
No necesito entierro,
tan sólo que la vida no me resucite
y poder anudar luto y silencio
en las esquinas del frío.

(Mis palabras no tienen plumas ni acero
y sin embargo se posan en tu boca.
Si me he callado,
no dudes,
es porque no hay vida aún en cada muero)

Así vuelo.

Olimpia.

martes, 24 de enero de 2012

(Ay de tí! NO quisiste y temes por ello.
No penes, no hay valor en lo ignorado)

NO existe.
La razón es obvia al igual que tu respuesta,
Te sigues colocando en el lugar de las preguntas.

Olimpia.

sábado, 14 de enero de 2012